Digamos que hoy mirando casados con hijos me reí igual que un ex-nada (una risa bastante fea) y me puse nostálgica. A decir verdad no extraño sus besos ni sus caricias ni su presencia, la conversación tampoco y mucho menos las peleas... Pero cuando lo hacía reír hacía valer la pena todo, aunque ese todo era en realidad nada.
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