En ese instante no me doy cuenta, pero cuando veo que no tengo ningún mensaje, ni a alguien que me llama y nadie se preocupa por como me fue el día ahí digo, che, pero y que pasó con el chico este? Y te empiezo a buscar, pero vos, (obviamente) ya me mandaste a la más lejos de las mierdas y yo me empiezo a dar cuenta de lo mucho que me gustas.
Después imaginate que me voy a... no sé, a catorce mil kilometros de distancia (ejemplo remoto) y vos me agregas a la red social, empezamos a hablar y te pido perdón por no darte aquél masaje que te prometí esa noche en la que me diste un beso, y por no llamarte, y por hacerme la guapa.
Vos me decís que está todo genial y hablamos de la vida, de nuestros amores, de la inspiración, de las mordeduras, y los masajes y el dulce de leche, de la música y de nuestros cuadernos, de las camas vacías.
En ese momento, cuando te vas a dormir a las cuatro de la mañana para levantarte a las seis, y yo me termino el té, me doy cuenta que soy una puta.
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