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28.1.11

Aeropuertos


El lunes (no, mierda, el martes) Kelly, volvió a España, obviamente casi más pierde el avión, tuvimos que correr y darnos un abrazo como si se fuera a pasar un fin de semana en la casa del novio.
No me dio tiempo ni a llorar. Después quise comerme un sandwich de jamón y queso pero costaba 35 pesos y preferí tomar un poco de agua del baño.
Caminé mucho tiempo mirando la gente triste que lloraba porque algún familiar, amigo, amor, amante, se iba, a gente con cara de nada. Después me paré donde la gente sale, y ahí podía ver las caras de nervios, de alegría, los abrazos de "años sin verte" y pensé: -Guau, hace menos de un mes había una persona con nervios, que miraba la hora y alzaba el cuello como una tortuga y esa era yo, y ahora estoy chupandole la energia a otras personas que están pasando eso que yo pasé tantas veces.
En el autobús miraba a la gente que no sabía sacar el billete (es una maquina a la que tenés que ponerle las moneditas) y pensé que nunca podría odiar los aeropuertos. No.
Es raro cuando un mismo lugar te hace reir y llorar, sentir miedo y seguridad a la vez.
Ya sea en Ezeiza o en el de Mallorca, cuando estoy partiendo me siento morir, pero en el trayecto es como que renazco, y cuando llego al otro continente siempre es con una sonrisa de oreja a oreja, feliz de ver a tanta gente bonita, que quiero y me quiere.

5 comentarios:

  1. Qué bonito, Flor.
    Es verdad, los aeropuertos son lugares especiales... A veces te traen felicidad y otras veces te quitan una parte de ti.
    Me acuerdo perfectamente del día que nos despedimos de ti; me acuerdo de todo, que nos fuimos de clase en bus para decirte un "hasta luego". Pero, en cambio, no me acuerdo de la última vez que me despedí de mi abuela de Inglaterra ahí... Ojalá me acordara.
    Espero verte pronto, Florecilla.

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  2. Me haréis llorar...
    Para mi, los aeropuertos siempre han sido un sitio donde voy con tanta ilusión... pero desde que te fuiste, he visto un par de veces esa fila donde nos despedimos, y unas cuantas lágrimas intentan escaparse. Pero pienso que si algún día vuelves, será súper emocionante esperarte ahí con una pancarta y globos. Sabes que si vuelves, estaremos ahí, pero te hecho de menos.

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  3. Y sí, es el sabor agridulce el aeropuerto, yo también me acuerdo de esa tarde, y lo peor era cuando me tenía que ir y estaban del otro lado ustedes pegadas al cristal, creo que nunca me olvidaré de eso, es taaan triste recordarlo, que me dan ganas de irme nadando.

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  4. yo tambien me acuerdo...y mira que ya tengo una edad...y que me han pasado cosas...pero sigo pensando que aquel fue el peor dia de mi vida...y creo que el que mas eh llorado...esa noche me fui a emborracharme...y me agobie...y no aguantaba estar en ningun lado...solo lloraba...y entonces me fui a casa de Adri...y me fume un porro...esa fue la noche en la que realmente descanse en muchos tiempo...me acuerdo que cuando estabas en lo del arco ese...lo de los metales...una voz dentro de mi me decia...ves a por ella...no la dejes ir...pero mis pies estaban pegados en el suelo...y eso que te eh dicho antes...que vuelvas a Mallorca...pero ya!!!

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  5. Que tus palabras me llegaron al corazón, y que me hicieron pensar en las despedidas de aeropuertos que me he perdido.

    Y la tuya me duele en el alma, Flor, pero de alguna manera eran cosas que tenían que pasar. Agridulce, ¿no?

    Te quiero.

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