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13.9.12

Rezar

Y ahí estaba yo. Rezando a todo lo rezable para que hiciera una jugada, la última. Que moviera ficha, que diera algo de leña al fuego que siento. Que se la mandara, que lo tirara todo por la borda, que la química hiciera su efecto. Que la besara. Que San se acabó.
Pero bueno, no hizo nada, como siempre.
Y yo sigo esperando que llegue el momento en el que haga algo que me demuestre que no hay nada y así lo pueda dejar ir de mi mente. Lo deje ir para siempre. Y San se acabó.

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